La rebeldía en definición es una sublevación ante un mandato, pero, ¿qué pasa cuando no hay mandato?
Creo que la rebeldía es más bien una actitud, una alta y clara manera de decir: ¡no te metas conmigo que muerdo! Es una autoprotección ante las reacciones de las acciones.
Siempre se comenta que las personas con actitud son rebeldes, pero ¿por qué? ¿Será porque defienden su punto de vista? ¿Porque se atreven a ser diferentes que el resto de la sociedad? ¿Porque hacen cosas osadas y prohibidas? ¡No señor! Son rebeldes porque hacen lo que les viene en gana, y las situaciones se dan cuando ellos quieran, donde quieran, como quieran y con quienes ellos quieran. Traten de ponerle a un rebelde un plan con estrategias o un horario cerrado, seguro se sentirá como caballo en establo o como loro en estaca. En mi diario vivir trato con muchos rebeldes, artistas, creativos y soñadores, es mas estoy compartiendo una hermosa relación con un rebelde digno de la trilogía de Star Wars; y amén de que siempre llevo la letra escarlata de la rebeldía conmigo.
Estos
seres rebeldes son maravillosos, personas carismáticas, con personalidad, con
mucha creatividad, hambre de nuevas experiencias y ganas de vivir un día a la
vez.
Nosotros los rebeldes sin causa definida nos gusta divertirnos, sin molestar a los demás, porque no necesitamos de lo que los otros hagan o de quién dirija la fiesta o reunión social para poder animarnos. Siempre tomamos iniciativa, vamos avanzados en el tiempo, tomamos nuevas ideas que hacemos tendencia, y por ello nos ven diferentes.
Hace poco leí una frase: “su temor (de él) no era ser diferente, era ser igual a los demás”. Esta frase capturó mi atención porque si vemos a nuestro alrededor, las normas sociales nos dicen que tenemos que tener un trabajo, conducir un auto, tener novi@ o espos@, y seguir el famoso código de vestir. No importa cuan infeliz puedas llegar a ser al final de la ecuación. De esto, el 70% de gente que conozco trata de lograrlo, un 20% lo logra y el otro 10% le da igual o falla sin saberlo. Fíjense un día, que vayan a un centro comercial y noten a alguien vestido diferente, con estilo propio. Automáticamente lo tildarán de reprimido y estrambótico; Ahhh pero lo que si esta bien es gastarse sueldo y medio y venderle el alma a las mil vírgenes para tener carterón y así estar dentro del circulo de confort. ¡Eso esta fatal!
Salvador Dalí decía: “Yo no uso drogas, la droga soy yo”…Y ¡vaya arte que se hala! No apto para mentes débiles. El ser rebelde sin una causa definida demarca definitivamente una actitud, pero, ¿por qué sin causa definida? La respuesta es simple: porque así nacemos. Nadie nos hace, ya venimos así de fábrica.
Mi
consejo: vivan sus días a plenitud, felices, busquen la felicidad en las cosas
simples, no se preocupen por las presiones sociales y atrévanse a romper el
círculo, dense la oportunidad se sentirse en el borde de las situaciones,
apuesto 100 a 1 que las reacciones jamás serán las esperadas. Y a Ti mi rebelde
sin causa definida, la convivencia entre rebeldes no es fácil, pero jamás
imposible, ¡sabes que te adoro!
Besos,
MV507